miércoles, 17 de marzo de 2010

:: El fósforo azul ::

Viajando en una comprimida cajita de fósforos era casi imposible encenderse y saltar. Afuera llovía; ¿Había necesidad de salir? Tal vez la misma que contradice la de quedarse en la calurosa conformidad.
El fósforo azul dubitativo logró escabullirse y escapar. ¿Pero a dónde? Ahí, a ese mínimo rincón que ningún otro fósforo pisó. ¿Pero no llovía? ¡A cántaros! El fósforo azul corrió mientras se decoloraba y sus patas de madera cedían húmedas sin compasión. Pensó en dejarse ganar; ¿Había necesidad de seguir?. Tal vez la misma que contradice a nuestro sofá del living.
Echó un último vistazo a la cajita repleta de fósforos rojos. No quería eso. Entonces prefirió zambullirse en el agua. Y flotó.

R.P.

1 comentarios:

Marcela dijo...

Pobre fosforito.....