Si todo en la vida solo se midiera en años estaríamos condenados a ser infelices. Por suerte existen meses, días, horas y diminutos momentos que dan sentido a todo un año. Por eso me quedo con estas últimas semanas, aunque rescato el apoyo de la familia y amigos durante el otro resto. Sin duda me quedo con los últimos días del 2007 y esa gran incertidumbre que decidió irse de vacaciones. Y también me quedo con las últimas horas de este caluroso fin de año que me recordaron que siempre hay tiempo para ser feliz.
martes, 1 de enero de 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario